Buenos Aires tiene ese no-sé-qué... que la hace especial,
distinta, interesante. Será esto de los semáforos con tres luces celestes,
mercados donde se venden antigüedades y verdura, vendedores de baratijas junto
a marcas del primer mundo,y lo de juntar la Biblia con el calefón, la
melancolía con el sentido del humor, la bronca con la resignación, el idealismo
y la estafa...
En este querido y multifacético aquelarre donde vivimos
como podemos, entre motociclistas que te rompen la ventanilla del auto en pleno
día para robarte la cartera, juicios interminables, impuestos absurdos, y otros
despropósitos, hay cosas hermosas que me sorprenden. Ya sé, hay muchas...
Ahora sólo voy a contar de una: la FERIA DEL LIBRO DE FOTOS
DE AUTOR, en Espacio Ecléctico, en San Telmo.
El sitio en la web cuenta de qué se trata:
http://www.fotolibrosdeautor.com/sitio/contenidod.php
Pero lo lindo es ir y hacer la experiencia de mirar las dos
mesas (el lugar no es muy grande, está en escala humana) o el catálogo que dan
en la entrada, elegir qué mirar, sentarse en los silloncitos blancos, sacarse
las ganas, devolver el libro, elegir otro... el tiempo que uno quiera. Algunos
se pueden comprar, otros son ejemplares únicos, y están allí solamente para que
el autor/a pueda compartir su mirada, su idea, sus gestos convertidos en libro,
en libro álbum, en libro objeto.
Pero no se trata de leer. Tampoco de mirar fotografías. Es
eso y algo más, porque este género —en el cual yo también me voy adentrando
desde que empecé a interesarme más en la ilustración— es una invitación a
otros modos de encuentro que llevan a sorprenderse, a jugar, a reflexionar,
a alegrarse, a apenarse, a conmoverse...
Desde el libro que se llama "Yo", donde una
jovencita muestra escenas de su vida en alegres pop ups (esos troquelados que se levantan cuando uno abre y
pasa las páginas) a la exquisitez de "El Clatell de la Princesa" que
hay que hojear con guantes blancos... muchas experiencias novedosas se ofrecen.
No voy a contar más. Hay de todo como en botica. Cosas
bellas, algunas testimoniales que recuerdan dolores personales o sociales,
nostalgias, prospectivas... Algunas que resultarán interesantes y otras no.
Como en la vida.
Ojo, está hasta el 21 de agosto.