Los niños por debajo de diez años, los adolescentes y por supuesto, los muy ancianos se encuentran atraídos una y otra vez hacia este estado, apartándose de lo habitual.
Imaginar exige una atención absoluta. La mente en la zona de la imaginación no puede tolerar la interrupción de la misma manera que Usted no puede hacerlo cuando intenta conectar de nuevo un corticircuito o evitar que una salsa se espese, o mientras prepara las notas para la reunión de mañana por la mañana. Sin embargo, cuando un niño se sienta en el suelo en medio de un estropicio con tres muñecos y un recipiente de agua derramada, o corre frenético por el jardín, entrando y saliendo de los arbustos, está tan profundamente entregado a sus tareas como lo está usted, incluso es posible que lo esté más.
Su trabajo consiste en jugar. El juego es la tarea del niño.
(…) Por medio de su concentración, el niño obtiene espacio para respirar y práctica (…)
Hace falta cortesía. Llame antes de entrar. (James Hillman. El código del alma)
No hay comentarios:
Publicar un comentario