Siempre sentí la necesidad de desarrollarme al menos en dos áreas: la psicoterapia y el arte. No siempre podía vincular todos mis intereses, mis recorridos, y las identidades que se iban despertando en cada experiencia. Sin embargo hoy creo firmemente que nada de lo ocurrido fue casual ni superfluo. Lo espiritual es es el trasfondo, una manera de llamar a Eso inefable que trenza, entreteje, sostiene y da sentido a las cosas. Bendigo cada búsqueda y lo que puedo aprender de vivir... trenzando mundos. Este es un intento de transmitir algo de ese aprendizaje, aún sabiendo que cada experiencia tiene mucho de intransferible.



SILVIA JUDIT LERNER
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HACER(SE) PROBLEMA

        Como la mayoría de la gente, intento sufrir lo menos posible. Busco estar en paz, serenar mi mente, abrir mi corazón, fluir con la vida sin hacerle demasiada resistencia, aceptar Lo-Que-Es... A veces lo consigo. Y otras no. 
       ¿Será realmente posible eso de "estar más allá del bien y del mal"? ¿O sería más correcto tratar de "estar bien a pesar del mal"?¿Cuánto es inevitable padecer?
Y por otro lado… ¿podremos trascender esta mirada dual que divide las cosas en buenas y malas?...

       Una amiga —Telma— me decía en Facebook: "Yo miro los árboles, las plantas… que no les afecta mucho que cambie el muro de Fb. Entonces me doy cuenta de que el torbellino está en que los juegos a que jugamos son cada vez más fútiles y fugaces. Más virtuales. Más tontos..."
       
Tal vez sea parte de nuestra condición humana: problematizarnos con cosas que no afectan a los árboles ni a las plantas, sólo a nosotros, los seres humanos…       
Sin embargo, como seres de la naturaleza, estamos en red: quizás todos nos afectemos a todos. 
Y nosotros podemos darnos cuenta del efecto que producimos en otros, y en nosotros mismos.
Por eso, nuestra capacidad de conciencia trae una inmensa responsabilidad, y una extraña mezcla de fragilidad y poder.

VOLVER AL PROPIO CENTRO, que coincide con el centro del Universo

Me voy un tiempo de cualquier lado (por ejemplo, Facebook) ¡y todo cambia!
A veces siento que el tiempo va más rápido que todos nosotros. Dicen que la ascensión energética de la tierra trajo una vibración mayor que la de nuestros cuerpos. O sea: el planeta (y el tiempo) ¡van más rápido que nuestras partículas! Eso explicaría parte de la inquietud y desazón de estos tiempos... aunque sólo una parte.
 La meditación nos ayuda a centrarnos. En medio de este torbellino físico y emocional.

Como persona y como terapeuta, sigo confiando en que dentro de nosotros hay un centro de calma, serenidad y silencio. El verdadero ojo de la tormenta, donde todo se aquieta.
La meditación, la creatividad, el pensamiento inspirado, la sabiduría, la música, el amor, el color, el servicio, el tratarse bien a uno mismo y a los otros... Quizás sean muchas puertas para entrar en un solo lugar. 


Que hoy encuentres tu puerta.