Siempre sentí la necesidad de desarrollarme al menos en dos áreas: la psicoterapia y el arte. No siempre podía vincular todos mis intereses, mis recorridos, y las identidades que se iban despertando en cada experiencia. Sin embargo hoy creo firmemente que nada de lo ocurrido fue casual ni superfluo. Lo espiritual es es el trasfondo, una manera de llamar a Eso inefable que trenza, entreteje, sostiene y da sentido a las cosas. Bendigo cada búsqueda y lo que puedo aprender de vivir... trenzando mundos. Este es un intento de transmitir algo de ese aprendizaje, aún sabiendo que cada experiencia tiene mucho de intransferible.



SILVIA JUDIT LERNER
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EMPEZAR EL AÑO…

¡Qué frase!... ¡Como si fuéramos nosotros los que “empezamos el año”!.. Más bien creo que es el año el que nos empieza a nosotros. Y no lo hace el 1º de enero, no. En realidad el año nos empieza cuando retomamos nuestras actividades habituales. Cuando volvemos al estudio, al trabajo, a nuestra casa si la habíamos dejado. Y nuestras actividades cotidianas vuelven a ponernos en roles y actitudes que habíamos suspendido, quizá, durante las vacaciones.
A veces no nos tomamos vacaciones, y entonces el año no termina ni empieza. Vivimos un tiempo subjetivo, un año de más de setecientos días… Y nos falta no sólo el descanso y la distracción, sino la posibilidad de ser y sentir distinto por un tiempo.

En realidad, me gusta la idea de que sea uno el que empieza el año, porque permite trabajar sobre la actitud y la energía que se imprime. Creo que el modo de empezar las cosas condiciona, aunque no determina su desarrollo posterior.

Por otro lado, este es un año que se ha presentado con augurios de crisis y catástrofes. El mundo entero está convulsionado por la caída de los grandes capitales. Tiemblan las estructuras económicas del llamado “Primer Mundo” y el temblor se expande conmocionando… los otros mundos. Como el nuestro, por ejemplo.
Y detrás del nuestro hay otros, algunos tan periféricos, tan lejanos de ese “Primer Mundo”, que su situación apenas puede empeorar. (¿Cuánto peor se puede vivir en Liberia, Chad, Ruanda o Etiopía?... Y, por supuesto, hay muchos otros que nombrar.)

Empieza el año lectivo, activo, laboral… El año nos empieza… Yo empiezo, tú empiezas, él o ella empiezan, nosotros…
Empezamos con incertidumbre, con miedo, con restricciones y reticencias. El miedo a lo que vaya a pasar está logrando que pase. Me pregunto si todas las recomendaciones que nos llegan de ahorrar, restringir, cerrar, controlar los gastos, las inversiones… están realmente hechas para nosotros y de buena fe. O están destinadas a sumarnos a la crisis, ya que si todos evitamos gastar, contratar, comprar, también colaboramos al cierre de fuentes de trabajo y de ingresos genuinos.
Sé muy poco de economía, mucho menos de Macroeconomía. Pero, como la mayoría, necesito algunas explicaciones y hago mis propias lecturas. Que quedan abiertas a nuevas sugerencias e ideas…


¿Cómo quiero empezar el año? Encontrando una fuente de paz y confianza que me permita atravesar con sensatez este momento, que –para algunos intérpretes de esta actualidad–, significa la oportunidad de nivelar los distintos mundos de manera que comprendamos de una vez que es imprescindible dejar de pensarnos en jerarquías: primero, tercero… después de todo ¿qué mundo puede ser este si está subdividido en tantos mundos separados?
SJL ©

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